martes, 15 de junio de 2010

Eric Cantoná.

Ahora ex-jugador forma parte de ese elenco de jugadores que, como el buen vino, ha mejorado con el pasar de los años. 

Era joven, muy joven, cuando con apenas 17 años empieza a asomar la cabeza un jugador de elegante porte y mucho fútbol que formaba en las inferiores del Auxerre. Poseía tantas virtudes que conseguían eclipsar a sus habituales achaques de indisciplina. Todos pensaban que eran pecados de juventud, pero el propio Eric se encargó de confirmar que él era así. Y el fútbol, harto de tipos modélicos encontró en este francés al líder de una generación que mostraba talento, solo talento. Al fin y al cabo, una frase del célebre ex-entrenador del Wimbledon inglés, Dave Basset, lo resumía con suma claridad: "Cuando estás construyendo un equipo, buscas buenos jugadores, no chavales para casar a tus hijas". 

Con apenas 16 años ya despuntaba maneras. Y en la cantera del Auxerre ya se le veía un futuro prometedor. La decisión de su futuro estaba en las manos del, posiblemente, mejor descubridor de talentos mundial de la historia, el longevo entrenador francés Guy Roux, mentor del hoy entrenador del Arsenal londinense Arsene Wenger. Por aquel entonces el míster francés decide dar la alternativa a un joven de aspecto inquieto, mirada asesina y el gol en la sangre. 
 

Eric fue entrando en la élite del fútbol francés a base de esfuerzo y pocas oportunidades. Con el fin de obtener más minutos decide irse cedido al Martigues donde no cuenta para el equipo y hace una temporada en blanco. Pero la experiencia le sirve al francés Roux para ver en Cantona síntomas de madurez. Ya le ha enseñado lo malo del negocio y ahora comenzará a pulir sus virtudes. En las siguientes tres temporadas se gana la titularidad del modesto equipo del Auxerre y Eric corresponde con su fútbol. Sus destellos de calidad no pasan desapercibidos entre los grandes y el Olympique de Marsella se fija en él y le ofrece un suculento contrato. En esa temporada, la 88-89, el equipo inicia una etapa histórica y empieza a reunir jugadores de primer nivel como Didier Deschamps o Abedí Pelé. Tras una temporada en la que actúa en 22 partidos y anota 5 goles, el club le enseña la puerta de salida. Su presidente tiene en proyecto la creación de un equipo dispuesto a marcar una época y en él no caben las promesas como Cantoná. En su posición, Bernard Tapié ha fichado una figura mundial que le cierra el paso: el uruguayo Enzo Francescoli. El otro delantero del equipo es indiscutible, un goleador nato y responde al nombre de Jean Pierre Papin. Por tal motivo le buscan salida con dos cesiones al Girondins de Burdeos y al Montpellier donde el jugador galo se gana que su club le repesque para la temporada 90-91. 
Ya con el histórico entrenador belga Raymond Goethals en el banquillo marsellés y la capacidad del mito Franz Beckenbauer como manager general desemboca en un equipo imparable en el que Cantoná actua con cuentagotas anotando ocho goles y eclipsado por figuras como Chris Waddle o de nuevo Papin. El equipo logra el título de liga ese año y el bueno de Eric busca acomodo en otro equipo. Este vez el Nimes acoge al díscolo jugador, en el que realiza una discreta temporada convirtiendo solamente dos dianas. 

Eric no encauza su rumbo. Su estrella se apaga en su país de origen y los contratos que le ofrecen son discretos y dignos de un jugador mediocre. Piensa en una retirada prematura. Su representante le hace saber del interés de un joven equipo inglés que parece que tiene un buen porvenir, y el jugador sin pensarlo dos veces se traslada a Inglaterra y comienza su nueva vida. 



Inglaterra acoge al jugador con indiferencia. Los números hablan de un delantero con un pasado poco llamativo y los escépticos británicos vaticinan un futuro corto en las islas. Tal vez la arrogancia de Cantona encontró el lugar que buscaba y ese año realiza la mejor temporada de su carrera anotando goles de espectacular factura. El equipo consigue el título de la Barcklays League Division One por delante del favorito Manchester United del escocés Alex Ferguson. Aquel Leeds reune un equipo prácticamente imparable en el campeonato doméstico y anexa un grupo con jugadores de calidad contrastada como los escoceses Gordon Strachan y Gary McAllister junto a jóvenes talentos emergentes como el central Gary Speed o el medio defensivo David Batty. 

Al término de la campaña el Leeds decide hacer caja con su jugador más prometedor y el juego de Cantona no pasa desapercibido por los grandes clubes. Después de una dura negociación el Manchester United consigue la ficha del delantero previo pago de unos cuantos millones de libras. Otra vez más se cruza en su camino un destacado cazatalentos. Alex Ferguson ve en el jugador al líder que alumbre su equipo y ayude a una nueva camada de futbolistas que están llamados a marcar una época en las filas de los red devils. Sir Alex tiene en su plantilla un grupo de futbolistas muy prometedor en el que comienzan a destacar hombres de la talla del galés Ryan Giggs, el ruso Andrey Kanchelskys o un mediocentro prometedor que responde al nombre de Paul Ince. 

Catoná con el cuello subido, lo cual creó una moda: 

 

La vida de Cantona en las islas es perfecta, no pasa desapercibido llegando a los entrenamientos sobre una Harley Davidson. Acaba de llegar al club de su vida. Los hinchas pronto le rinden pleitesía y el les devuelve su entrega a base de goles espectacualres. Tras un primer año de aclimatación el equipo, al que se ha unido Roy Keane, se convierte en una apisonadora y obtiene cuatro títulos de liga en las siguientes cinco campañas. También une a su palmarés dos campeonatos de copa y un sinfín de goles para enmarcar. El público se encuentra con el jugador en estado puro. Es díscolo, nunca rehuye la polémica y es tachado de arrogante, apelativo que rápidamente se encarga el propio jugador de confirmar. 
El jugador está en la cresta de la ola, es apreciado por sus hinchas y temido por sus rivales. 
Y la polémica le persigue. El 25 de enero de 1995 el francés es expulsado por el árbitro en el partido de su equipo frente al Crystal Palace. Mientras se dirige hacia los vestuarios de Selhurst Park, Cantoná recibe los insultos de un aficionado local, y éste, en un hecho sin precedentes en el fútbol de élite, agradece al aficionado sus piropos con una patada de kárate y un puñetazo directo a la cara. 

 



La federación inglesa actúa sin paliativos, porque lo cierto es que nunca ha conseguido llevar bien que el ídolo de su liga fuera un jugador no pertenecicente a su país, y castiga al jugador con una sanción que le tendría 9 meses sin jugar al fútbol. La justicia inglesa actúa de oficio y es condenado con una multa de 20.000 libras y dos semanas de cárcel que conmutó realizando 140 horas de servicios para la comunidad. 

El genial mago francés recibe múltiples ataques desde los diferentes medios ingleses y se especula su marcha del fútbol de las islas. El propio Cantoná, en una nueva demostración de arrogancia corta los rumores y sesga las ilusiones de todos los equipos interesados en hacerse con sus servicios. Con los mejores clubes al acecho el genio declara: "solo me iría del Manchester United para jugar en el Barcelona. Cruyff es el único del mundo con el que podría aprender". 

El jugador deja con la miel en los labios a equipos como el Milán o el Real Madrid y desprecia su interés tal vez cuando más lo necesita, porque si algo tienen los genios es que son imprevisibles, y desde luego Eric Cantoná era un genio. 
 
En el año 1997, anuncia su retirada, a la edad de 31 años, alegando que siempre dijo que quería dejar el fútbol cuando alcanzase su punto más alto. El público se echa las manos a la cabeza y Eric el rojo se va en la cima, como los más grandes, aun a sabiendas de que en sus botas se quedan goles imposibles. 
http://www.youtube.com/watch?v=hau9q9lWjXM 
Posteriormente se dedica a capitanear a la selección gala de fútbol playa y en los últimos años al cine. 

En su despedida, la empresa que le patrocina y a la que reporta unos inagotables beneficios mediante sus spots del jogo bonito, Nike, lanza una campaña publicitaria con visos de epitafio. Dicha campaña muestra a Eric en estado puro. Con su arrogancia habitual y su carisma natural, nos reza: "1966 fue un gran año para el fútbol inglés. Eric nació".  

Uno de los mejores goles y una celebración inolvidable: 


http://www.youtube.com/watch?v=ufzFLiLGKpw 
Artículo publicado por http://www.alpalocorto.blogspot.com/

Jesse Owens.

He escuchado muchas veces sobre lo de que en los jjoo de Berlín, Owens ganó 4 medallas lo cual supuso un gran cabreo para Hitler y los alemanes que le veían como un ser inferior, en cambio en EEUU era un héroe. 


Bueno pues leyendo su biografía en la wikipedia me sorprende los textos sobre su autobiografía: 
Owens causa una gran sorpresa al ganar cuatro medallas de oro....El primer día, Hitler sólo aplaudió con las victorias de Alemania, y hay quien afirma que se negó a dar la mano a Cornelius Johnson, que era afroamericano, aunque según el portavoz de Hitler, este salió del estadio antes de lo previsto. Los directivos del comité Olímpico insisten a Hitler en que aplauda a todos los medallista o a ninguno. Hitler opta por la segunda opción y no está en las siguientes presentaciones de medallas. 

Owens, en su autobiografía (The Jesse Owens Story, 1970), cuenta como posteriormente Hitler le saludó de todas maneras: 

Cuando pasé, el Canciller se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal. Pienso que los reporteros tuvieron mal gusto al criticar al hombre del momento en Alemania. 

Owens fue aclamado por 110.000 personas en el Estadio Olímpico de Berlín y más tarde, muchos berlineses le pedían autógrafos cuando le veían por la calle. Durante su estancia en Alemania, estaba excluido de la ciudadanía bajo la Ley de Ciudadanía del Reich del 15 de septiembre de 1935. Sin embargo, a Owens se le permitió viajar y hospedarse en los mismo hoteles que los blancos, lo cual en ese momento no dejaba de ser una ironía, ya que los afroamericanos en los EE.UU. no tenían igualdad de derechos. 

Después de un parada de la bolsa de Nueva York en su honor, Owens vuelve a su trabajo de botones en el hotel Waldorf-Astoria. Más tarde contaría: 

Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás. No podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al Presidente. 

El entonces presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Delano Roosevelt, se rehusó recibir a Owens en la Casa Blanca. Roosevelt se encontraba en campaña de re-elección y temía las reacciones de los estados del Sur (notoriamente segregacionistas) en caso de rendirle honores a Owens. Este comentó más tarde que fue Rossevelt quien lo trató con brusquedad. 

Mis conclusiones por textos leídos es que la actitud de Alemania y EEUU en aquellos momentos no era tan diferente, Hitler no quiso mostrar su lado oscuro en aquellos juegos, no dio un imagen de Alemania como la que después reflejó, no obstante el capítulo de los JJOO ha sido reescrito posteriormente por los vencedores de la guerra.


martes, 8 de junio de 2010

Torpedo Müller.


Tenía piernas cortas, un tronco rechoncho y no era lo suficientemente alto (1,76m). Pasaba horas en la cadena de distribución de una empresa textil y allí, entre descanso y descanso, soñaba con goles imposibles. Persiguiendo sus sueños, empezó su carrera en un club juvenil de su ciudad natal, el TSV 1861 Nördlingen, y allí se encontró con un entrenador genuinamente conservador. Aquel patito feo tenía diecisiete años y su entrenador, hastiado de su endeblez física, le sentó en su oficina y le instó a una decorosa huída: 
“En esto del fútbol no llegarás muy lejos. Mejor dedícate a otra cosa.” 
Fue el inicio de una intensa lucha personal por demostrarse a sí mismo y a los demás de que el destino le tenía reservado un lugar de privilegio en el Olimpo de los grandes goleadores. 

Dos años más tarde, en 1964, Gerd Müller, aquel chaval que había fracasado en los juveniles de su pueblo, recalaba en el Bayern de Munich el destino le colocó en el por aquel entonces humilde equipo de Baviera, un conjunto hasta entonces modesto del campeonato regional del sur de Alemania, una segunda división. Allí compartió vestuario con un tal Franz Beckenbauer, que acababa de aterrizar en Baviera. Tschik Cajkovski, su nuevo técnico, pulía los defectos de Gerd a base de latigazos en la prensa. Primero, justificaba su condena a la suplencia. ‘No puedo colocar a un pequeño elefante entre purasangres’. Después, Cajkovski echaba sal a la herida de aquel rechoncho proyecto de delantero centro. ‘Este chico es un molinero gordito’. 

Aquel chico bajito de Nördlingen había probado a correr la banda, a disparar desde fuera del área, a dibujar desmarques, a regatear, a tirar una pared. Todos sus intentos habían fracasado, pero él seguía trabajando. Fue entonces cuando una plaga de lesiones le dio una oportunidad, en 1965, para jugar en punta, tenía 20 años. Aquel muchacho que se había dejado las manos en la industria textil dejó de jugar a parecerse a otros delanteros, para jugar a su particular estilo. El alemán era un jugador inteligente, oportunista y devastador. Vivía en el área y tenía un impecable sentido de la colocación. Sus compañeros sabían que si centraban el balón al área Muller estaría allí. Demoledor en el juego aéreo, era tremendamente eficaz con los dos pies. Era un delantero sin estética, pero sus números eran su mejor defensa. Nadie marcaba más que él, 7 veces máximo goleador de Alemania. Convertía intenciones en goles. Gerd era lo más alejado a nivel estético de un número nueve pero le llegaba un ladrillo y lo convertía en oro puro, en gol. 
A finales de los 60 viajó con el Bayern a Argentina disputando una gira, la afición de aquel país cuando le vieron se burlaron de su extraño físico, al terminar el partido había marcado 3 goles y la hinchada rival le sacó a hombros. 

Esa fama de implacable castigador del área sirvió para que la prensa le colocara un nombre de guerra tan belicoso como apropiado: ‘El Torpedo’ o “el bombardero de la nación”.

Junto a compañeros de generación como Sepp Maier, Franz Beckenbauer o Paul Breitner, cambiaron el destino del Bayern primero, y encumbraron a la selección alemana. Al equipo de Baviera lo ascendieron a la máxima categoría y le hicieron coronarse en Europa. Lo consiguió a base de goles. Marcó más de 600, 365 en la Bundesliga, récord no igualado el 2º Jupp Heynckes está a 98 goles. Anotó 68 goles en 62 partidos como internacional, fue Bota de Oro, de plata y de bronce. Logró tres Copas de Europa, una Recopa y una UEFA, y puso al mundo a sus pies en el Mundial de Mexico, en 1970, donde fue el máximo goleador del torneo(10 tantos), al igual que en la Eurocopa del 72 que ganó, sumando a su palmarés el mundial del 74 en su país, ante la naranja mecánica de Cruyff y marcando el gol del triunfo para retirarse de la selección como nadie, peleado con los dirigentes de la selección, no volvió. 
Fue el máximo goleador de todos los mundiales, participando sólo en dos, hasta que le superó Ronaldo.

Después de saborear la gloria alemana, Müller sufrió una lesión misteriosa de la que nunca llegó a recuperarse, se retiró a Estados Unidos para jugar en el Strikers de Fort Lauderdale por tres temporadas. 

En 1982 Müller decide terminar su carrera, con este final , Müller se sumió en una crisis profunda. La transición desde el pináculo de la fama a la vida normal no le resultó fácil. Aparte de firmar un autógrafo de vez en cuando o de participar en algún partido de famosos, Müller no sabía cómo pasar el tiempo si no era sentado frente al televisor durante horas y horas o peleándose con su mujer. Sus problemas con la bebida empeoraron. “Me destrocé la vida”, admite Müller. Por suerte, sus amigos del Bayern de Munich, especialmente el entrenador Uli Hoeneß, lo ayudaron a levantar cabeza. 
Su antiguo club le ofreció un contrato en 1992, se responsabilizó de los patrocinadores, del descubrimiento de nuevos talentos y de la preparación de delanteros y guardametas. Después, se dedicó a entrenar a los juveniles y ascendió a ayudante del entrenador del primer equipo. Actualmente, ha recuperado el control absoluto de su vida y ha encontrado la paz interior: “Nada hay mejor que estar en el Bayern" dice. 
También tiene un contrato con Adidas a nivel personal, ya que existe un modelo de calzado deportivo de la marca con su nombre.

Franz Beckenbauer dijo: “Entre todos los grandes jugadores, Gerd Müller es para mí el mejor. ¡Era imparable! El Bayern debe su grandeza a Gerd Müller. Sin los goles de Gerd aún estaríamos en el almacén de la calle Säbener” 
Dentro del área, Gerd Müller era una de esas armas del nueve largo.


Batalla de Halbe.

 Ocurrida entre el 24 de abril y el primero de mayo del 45, relacionada con la Batalla de Berlín y los últimos estertores del Tercer Reich.
El 9º ejército alemán de Theodor Busse durante la ofensiva del Oder-Neisse se encontraba al sureste de Berlín fue rodeado por el primer frente Ucraniano de konev, que avanzaba para contactar con el primer frente Bielorruso de Zhukov en la maniobra que cercaría la capital. La situación era complicada para esta unidad de la Wehrmacht, no tenía capacidad para parar la envestida soviética y quedarían cercados, solo cuando su posición en la defensa de Cottbus fue perdida se le concedió el permiso para retirarse hacia el oeste con la idea de enlazar con el 12º ejército de Walter Wenck, estos planes ordenados por Hitler e ideados por Jodl, culminarían con la vuelta hacia el este de ambos ejércitos que de manera milagrosa liberarían a Berlín del cerco soviético.
Wenck se encontraba en la orilla este del río Elba, límite de las dos alemanias de la posguerra y límite del avance americano, que se había quedado al otro lado del río. Desde allí el 12º ejército recibía refugiados, se calcula que se encargaron de medio millón de ellos, a los que tenía que buscar manutención.
Esta unidad que había recibido la orden de dirigirse al este para unirse a Busse en el intento de romper el cerco a la capital, tenía otra intención que era crear un corredor para los refugiados alemanes de la capital, su avance a duras penas llegó hasta Postdam, mientras Busse, al que se le habían unido unidades de Biehler procedentes de la guarnición Francfort del Oder que llevaban consigo 30.000 heridos y refugiados, había llegado al sur de Berlín en el bosque de Halbe, en ese momento pidió ayuda a Wenck que debería mantenerse en Postdam esperando a que los restos del 9º ejército contactaran, ambos acordaron dirigirse hacia el oeste contraviniendo secretamente las órdenes del Fuhrer, Los aproximadamente 30 tanques del 9º ejército abrían paso, los soviéticos se habían dado cuenta y no estaban por la labor de dejarles huir, tras dos días de marcha llegaron al punto de cerco soviético en el que se unían ambos frentes y que era el idóneo para la ruptura.
Los king tiger del batallón 502 panzer ss debería ser la cabeza del avance, según Busse se moverían como una oruga cuya cabeza serían las unidades panzer. En su libro Masacre en Halbe Tony le Tissier, acusa al General Busse de falta de mando y control efectivo de su ejército, provocando el fracaso de sucesivos intentos de ruptura del cerco, en su avance iba justo tras los panzer lo que dificultaba el mando, también se le acusa de no apoyar con la suficiente decisión el primer intento de ruptura.
El primer intento de fuga fue la noche del 25 de abril, Busse ordenó dos agrupaciones una con Von Luck al frente de la 21 panzer, y otra Pipkorn con la 35 de granaderos SS y una división de policía. Las órdenes de Von Luck, eran abrir un corredor y mantenerlo, realiza avances en la autopista Berlín-Dresde, hasta contactar con la 50 de fusileros soviéticos en Baruth. Pipkorn mientras, golpeó a la 329 desde el primer momento, dispersando sus fuerzas hasta que algunos elementos, entre ellos tanques Panther llegan a Baruth, dónde hubo batalla, Von Luck ante la imposibilidad de vencer disuelve su grupo para intentar que escaparan individualmente, finalmente él es tomado prisionero.
El segundo día, se intentó de nuevo otra ruptura, la vanguardia alemana había encontrado un punto débil en la unión de los dos ejércitos soviéticos, muchos alemanes consiguen pasar, antes de que empezara la batalla y cerraran la brecha, otros con menos suerte tuvieron que cruzar cuando la batalla ya había comenzado los ataques aéreos y artilleros fueron constantes, un reconocimiento aéreo alemán informa a Hitler de dónde se encuentra el 9 ejército y su intento de huida, éste envía diferentes mensajes para que se dirijan a Berlín, pero Busse no le contesta.
Durante la noche y al día siguiente (27), los alemanes continúan sus ataques en dos ejes al sur de la aldea de Halbe hacia Baruth y en el norte de Teupitz, nuevamente algunos grupos consiguen escapar entre las líneas soviéticas, pero no se consigue la deseada fuga en masa, de la bolsa de Halbe.
El tercer intento de fuga se produjo la noche del 28 de abril, creando un corredor desde Halbe hacia el oeste, atravesando el bosque de Spreewald pero los soviéticos que habían rodeado la zona de Katyushas lanzaron sus cohetes contra los alemanes. El plan soviético era dividir a los alemanes en grupos y destruirles así más fácilmente. Algunos civiles tuvieron piedad de los soldados más jóvenes permitiéndoles cambiar sus uniformes por ropas civiles, el caos fue generalizado en las filas alemanas las deserciones eran constantes, la mezcolanza de unidades provocaba reproches entre ellas, el rencor entre la Wehrmacht y las unidades SS que les acompañaban era latente.
Finalmente cerca de 25.000 soldados consiguieron escapar y unirse al Duodécimo ejército, 30 mil soldados alemanes murieron y los restantes fueron capturados y enviados a campos de prisioneros, únicamente dos tanques tigre llegaron al final. La huida continuó a la desesperada para entregarse en el Elba a los americanos, se calcula que los soviéticos perdieron 20.000 hombres, 10.000 civiles alemanes murieron en la batalla. Las fuerzas enfrentadas fueron 80.000 soldados alemanes, frente a 280.000 soviéticos.

Referencias:

Toland, John (2003). The Last 100 Days. Modern Library. 0-8129-6859-X.
Beevor, Antony (2005). Berlín, la Caída:1945. Booket, 772. 84-8432-706-X.
Slaughter at Halbe Tony le Tissier
Wikipedia

sábado, 5 de junio de 2010

Centralia, un pueblo sobre el infierno.


Centralia es un municipio en el condado de Columbia, Pennsylvania, en los Estados Unidos. En 1981 había más de 1.000 habitantes, pero la población disminuyó a 12 como resultado de incendiarse y no apagarse desde entonces, una vieja mina de carbón que arde debajo de la ciudad. En la actualidad es el pueblo con menor cantidad de población del estado de Pennsylvania. 

Centralia sirvió de inspiración de la adaptación cinematográfica del videojuego Silent Hill. 
Un fuego fue encendido en el basurero de la ciudad dentro de una fosa de una mina abandonada, en la parte sudeste de Centralia en 1962. El fuego encendió en llamas una vena expuesta de carbón, y se esparció por todas las minas situadas debajo del pueblo. Varias veces se intentó aplacar el fuego, sin resultado alguno. Siguió quemandóse entre los años 1960 y 1970. Durante este tiempo, varias personas se vieron afectadas en su salud a causa del monóxido de carbono producido por el siniestro. 

En 1979, la gente se dio cuenta de la magnitud del problema, cuando el propietario de una gasolinera, de casualidad inserto una vara dentro de uno de los tanques subterraneos, para verificar el nivel de combustible. Cuando la retiró, estaba caliente, entonces bajó un termómetro amarrado a una cuerda y se sorprendió al descubrir que la temperatura de la gasolina en el tanque era de 172 grados Fahrenheit (77.8°C). Poco tiempo después de este incidente, la atención hacia el fuego incrementó. 

En 1981, Todd Domboski de 12 años, cayó dentro de un pozo que de pronto se abrió bajo sus pies. Fue rescatado tiempo después, se estimó que el pozo tenía cientos de pies de profundidad. El suceso atrajo la atención de todo el país hacia Centralia, y en 1984, el Congreso de los Estados Unidos asignó más de $40 millones de dólares para la reubicación de personas. La mayoría de los residentes aceptaron la indemnización y se mudaron a los pueblos vecinos de Mount Carmel y Ashland. 

Unas cuantas familias optaron por quedarse, a pesar de las advertencias de los oficiales del estado. En 1992, el estado de Pennsylvania expropió todos los inmuebles del municipio. Una subsecuente batalla legal en contra del gobierno, se inició por los residentes sin éxito. En el 2002 el servicio postal estadounidense revocó el código de área del pueblo. 
Sólo un puñado de casas quedaron de pie en Centralia. La mayoría de los edificios han sido arrasados y hoy, el área parece ser una campiña con varias calles pavimentadas y algunas partes se han llenado de árboles nuevos. La mayoría de calles y aceras están llenas de arbustos. La única iglesia que quedó en el pueblo mantiene servicios semanalmente los sábados en la noche, y los cuatro cementerios están en buen estado. 
El fuego subterráneo todavía arde y seguirá así por un tiempo indeterminado. No existe ningún plan de momento para extinguir el fuego, el cual consume una veta de ocho millas de extensión que contiene suficiente carbón para arder durante 250 años más. 

http://www.oddthingsiveseen.com/2007/07/centralia-pa.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Centralia

http://www.thethinkingblog.com/2007/12/centralia-town-on-fire-since-1962.html

El milagro de Berna.


Historia del Fútbol: El Milagro de Berna 


El fútbol es esa cosa que nos hace desinhibirnos de la realidad, algo que permite al espectador olvidarse de sus problemas aunque sean muchos y algo que ayuda a solucionarlos si tu equipo gana. 

Cuando la gente no futbolera se pregunta como once tipos pateando un balón de cuero para meterlo entre tres postes ha llegado a ser el deporte universal es porque no conoce historias como ésta, es porque no saben que un gol, un partido, una jugada esperanzadora, puede sacar de la miseria mental a la que estaba sometida Alemania allá, un lejano 1954. 

Hacía menos de 10 años que había terminado la Segunda Guerra Mundial, que no hace falta explicar. Murieron 50 millones de personas, y Alemania (perdedora) destrozada, destruida y dividida. La particular batalla entre Capitalismo y Comunismo había divido el país provocador de la guerra en dos, Alemania Federal (con capital en Bonn y capitalista) y Alemania Democrática Popular (con capital en Berlín y comunista, bajo control soviético). El pueblo alemán, que pronto sería separado por el muro de la vergüenza, lo pasaba mal. Unos hambre, otros no tanta pero si consecuencias psicológicas evidentes. De un lustro para otro, habían pasado de tener su casita, con dos tiernos hijos, el perro y hasta coche, a tener un piso con humedad, deudas y un gato. Los alemanes se preguntaban que habían merecido para tener lo que tuvieron, la respuesta la daban Francia,Urss, EEUU y Reino Unido: Hitler. 

No había mucho más, a principios del 1954. Año de Mundial: Suiza país neutral e ideal para empezar con los mundiales en Europa de nuevo. Nuevos sueños, para el pueblo alemán, la selección federal estaba clasificada. Digo pueblo alemán, y no digo alemán federal, porque los alemanes al otro lado del muro eran hermanos, amigos que hasta no hace menos de 10 años tenían la misma nacionalidad, por lo que era Alemania y nunca un nombre puesto por intereses políticos en Europa como es el Federal. 

Llegaba Alemania al Mundial y en la primera fase le tocó bailar con la más fea. Hungría. La maravillosa Hungría de Puskas, Kocsis, Bozsik, Czibor, Sandor y Hidegkuti, el que hacía que todos los genios de arriba no se tuvieran que preocupar por defender. Hungría contaba con un revolucionario modo de juego, simple hoy pero que en su día fue un cambió significativo. El delantero retrasaba su posición para sacar al central de la zona, Hungría fue la primera selección que práctico con éxito la movilidad de los jugadores todos ellos comandados por uno de los grandes genios de la historia del fútbol (quizá el primero). Alemania perdió 8-3 contra Hungría en la primera fase. Pero de sueños e historias bonitas vive el fútbol. 

Pero la ilusión en Alemania creció según su equipo avanzaba en la competición y de ellas vivían los aficionados germanos, agrupados alrededor de sus transistores, cuando llegaron a la final de la Copa del Mundo frente a eso, la máquina de hacer fútbol que humilló a los ingleses en Wembley (6-3): De nuevo, Hungría. Parecía un imposible. 
Alemania contaba con un buen equipo, evidentemente pero lejos del de Hungría. Como estrella contaban con una de las puntas de la triada de oro del fútbol alemán: Fritz Walter (junto con Beckenbauer y Müller la triada de oro). Cuentan que su genio futbolístico le salvó en un campo de concentración ruso, leyenda más allá de persona Walter era el centrocampista total de hoy en día, y comandaba a una serie de jugadores exentos de calidad, pero sobrados de ganas: su propio hermano Otto, Rahn, Popispal y Morlock. 

Cuando el árbitro inglés pitó el inicio del partido el público creía firmemente en la victoria magiar. Si un equipo es favorito antes de una final, se es más aún cuando la estrella de este equipo marca en el minuto 6, y casi se tiene la final cuando a los dos minutos Czibor marcara 2-0. Olía a goleada y no sin razón, Hungría se gustaba y Alemania no se encontraba. Alemania siempre es algo más, su leyenda comenzó este día, mentalidad aunque no haya juego, cabezonería teutona, Morlock recorta el marcador 2-1. Hungría a lo suyo, a jugar y a meter goles, pero unas veces el poste y otras Turek el portero alemán lo impidió. Fritz Walter saca un corner, Rahn mete el primero de los goles que le harán pasar a la historia de Alemania 2-2. Empate, descanso, Alemania crecida, Hungría no puede creer su mala suerte. Y para colmo Puskas cojea. 

Y el partido se reanuda, marcajes al hombre de los alemanes y cansancio en los húngaros, partido equilibrado en los últimos 45 minutos. Y fue cuando quedaban 8 minutos, cuando Alemania quizá, acabó con la Segunda Guerra Mundial definitivamente. Hasta entonces aparecía, era un fantasma difícil de quitar de la mente si eras alemán, pero se fue. Se fue y lo que llegó fue la resurrección del ahora país más potente de Europa económicamente hablando. 
Se fue, Mark Fritz de un hungáro, y se la paso a Rahn el número 12. Rahn enfrente de otro húngaro, quiebro, disparo cruzado y el balón se fue a la red 2-3. Se escapó, el mundial para los húngaros, el público siguió en el campo sin creérselo. 

Alemania campeona del mundo. Justicia para ambos equipos, unos se lo ganaron y pasaran a la historia como un milagro, otros recordados en los corazones de los privilegiados que lo s presenciaron, los demás nos conformamos con leerlos, y verlos de vez en cuando. 
Ese día Alemania forjó la leyenda de fútbol mental de hoy, ese día mandó con un corte de mangas la segunda guerra mundial, ese día el pueblo tantos años después, sonreía otra vez. Y más allá del fútbol, lo que de verdad importa es que el pueblo recuperó su orgullo.

http://es.youtube.com/watch?v=y_eamJd2D1I&NR=1

El gol más amargo. Dennis Law.


Cuando el 29 de Mayo de 1968, Bobby Charlton levanta al cielo de Wembley la primera Copa de Europa de la historia del club, nadie se imagina lo que vendrá a continuación. Un ocaso que empieza en ese mismo instante y una larga, frustrante e interminable travesía del desierto. 

El Manchester United tardará 26 años en volver a ganar la Liga (1967 a 1993) y 31 años en recuperar la Copa de Europa (1968 a 1999). 
En 1974 el club le da la baja a un irrecuperable George Best y comienza una nefasta temporada. 
Mientras el Manchester City que siempre había sido el equipo principal de la ciudad hasta los años 60 con la aparición del malogrado United que sufrió el accidente aéreo en Munich, el Manchester no era tan reconocido en Inglaterra como el City. A ese equipazo dirigido por Matt Busby le seguiría George Best y Denis Law acompañando al superviviente Bobby Charlton, que consiguieron una Copa de Europa en 1968. Pero los diablos rojos llegaron al 74 añorando aquellos tiempos felices. Busby había renunciado al puesto de entrenador en el 69 y el United aún intentaba reponerse de su pérdida. 
En cambió el City vivía su época dorada. Durante finales de los 60 y los 70 logró varios títulos, entre los que se encuentra la Recopa de 1970, primer y último trofeo europeo en sus vitrinas. 
Así llegamos a un partido decisivo en Old Trafford, 27 de abril de 1974 el Manchester United que llevaba una racha de derrotas no se podía permitir una más, y contra el City se jugaría la salvación. 
Pero si por algo se caracterizó ese derby sería por la vuelta al que fue su estadio de Dennis Law. El delantero escocés, volvía con los colores del eterno rival a la que fue su casa. 
La trayectoria de Law fue curiosa. Tras sus inicios en el Huddersfield (1953-1956), Law fichó por el City en el que sólo permanecería una temporada, ya que tras doblar la cantidad de su fichaje del año anterior, el Torino se hizo con él. 
Tras su duro paso por el Calcio, dónde se limitaba su creativo juego, y en el que la rueda de la fortuna le deparó incluso en accidente automovilístico, Law decidió volver a Inglaterra para fichar por el Manchester United. Con los "red devils" haría historia en los 11 años que estuvo (1962-1973): Dos ligas, una Copa y la Copa de Europa. Tras una larga carrera de éxito como diablo en el verano del 73 Law quedó libre y en el tramo final de su carrera decidió fichar por el eterno rival del United, no por venganza sino por agradecimiento al equipo donde comenzó a triunfar. 
Quién le iba a decir a Law y al United lo que ocurriría esa tarde del 27 de Abril de 1974. El United se encontraba al borde del abismo, si perdía un partido más bajaría a segunda división. El United en un partido tosco no encontraba el camino a la portería del City, en una recuperación de los visitantes en el centro del campo consiguen llegar al área del united, centran para que remate en el área chica Dennis Law, éste incomprensiblemente se gira y remata de tacón consiguiendo el gol que llevaría al descenso al equipo en el que era considerado una leyenda. 
El escocés ante el gol queda perplejo, parecía que esperaba darle tiempo al portero para que lo parara, los compañeros van a felicitarle, pero no había nada que celebrar.

Aquél escocés que tanta gloria había dado al United terminaría mercando el gol del descenso definitivo de los diablos rojos. Eso sí lo hizo sin rencores de revancha, como un caballero e incluso arrepintiéndose de lo que acababa de hacer. Ese mismo año Law se retiró del fútbol, jugando su primer y único mundial con Escocia. 

Había dejado un recuerdo imborrable, sobretodo en la memoria del United.

http://www.plus.es/videos/Futbol/Fiebre-Maldini-Dennis-Law/20081103pluutmftb_8/Ves/


La llamada "the united trinity" preside una de las puertas de Old Trafford, de pie Charlton, Law y Ferguson, en las estatutas los dos primeros y George Best.